Cómo hacer un huerto urbano en casa paso a paso: guía para principiantes
Crear un huerto urbano es mucho más que una tendencia sostenible: es una forma práctica y gratificante de producir tus propios alimentos, reconectar con la naturaleza y aprovechar al máximo balcones, terrazas o patios pequeños. Si estás pensando en montar el tuyo y no sabes por dónde empezar, en esta guía te explicamos cómo hacer un huerto urbano desde cero, con consejos técnicos, materiales recomendados y ejemplos reales.
No importa si cuentas con metros limitados o si es tu primera vez cultivando: te enseñamos lo esencial para iniciarte.
¿Qué necesitas para hacer un huerto urbano?
Lo primero que debes tener claro es que un huerto urbano no requiere grandes superficies ni una inversión elevada. Pero sí conviene planificarlo bien desde el inicio para que sea duradero y productivo.
Elige un espacio que reciba al menos 6 horas de luz natural al día, protegido del viento y con fácil acceso al agua. Puede ser un balcón soleado, una terraza, un patio interior o incluso un rincón en la azotea.
En cuanto a los recipientes, lo ideal es utilizar mesas o camas de cultivo con buena profundidad para permitir el desarrollo de raíces.
Preparación del sustrato: clave para un buen cultivo
Uno de los errores más comunes en los huertos urbanos es utilizar una tierra cualquiera. Pero para obtener buenos resultados, necesitas un sustrato equilibrado, ligero y bien drenado.
Una mezcla ideal puede incluir:
- 50% de tierra vegetal fértil
- 30% de compost maduro o humus de lombriz
- 20% de fibra de coco o perlita para aireación
Esta composición permite retener la humedad sin apelmazarse, evita el encharcamiento y favorece el desarrollo radicular. En Garland ya hemos hablado sobre cómo hacer compost casero, una práctica perfecta para alimentar tu huerto de forma natural.
¿Qué puedes cultivar en un huerto urbano?
Aunque el espacio sea reducido, hay una amplia variedad de hortalizas, aromáticas y flores comestibles que se adaptan perfectamente al cultivo en casa.
Si es tu primer huerto, te recomendamos empezar por especies de ciclo corto y mantenimiento sencillo como:
- Lechugas, espinacas, acelgas: crecen rápido y puedes cosechar hojas poco a poco.
- Tomates cherry y pimientos pequeños: necesitan algo más de sol, pero dan frutos abundantes en poco espacio.
- Hierbas aromáticas como albahaca, perejil, menta, cebollino o romero.
- Rabanitos y zanahorias baby: ideales para macetas profundas como las del Grow Bed.
Lo más importante es adaptar las variedades a tu clima y estación del año. Puedes combinarlas en rotación para evitar agotar los nutrientes del sustrato y mantener tu huerto activo todo el año.

Riego y mantenimiento: constancia sin complicaciones
El riego es uno de los puntos más importantes en los huertos urbanos. Lo ideal es mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero nunca encharcado. Una buena práctica es regar a primera hora de la mañana o al atardecer, evitando las horas de máxima insolación.
Si usas un buen contenedor, asegúrate de que tenga orificios de drenaje y utiliza una regadera con difusor o una manguera con caudal regulable para no arrastrar el sustrato. Existen también sistemas de riego por goteo que se pueden adaptar fácilmente a pequeños huertos.
En cuanto al mantenimiento, bastará con:
- Quitar malas hierbas manualmente o con tijeras de poda si son ramas más gruesas.
- Fertilizar con compost o abonos orgánicos cada 4–6 semanas.
- Vigilar posibles plagas y tener a mano siempre un fumigador (puedes usar insecticidas naturales o preparados caseros).
- Aporcar tierra si las raíces se exponen o si las plantas se inclinan.
¿Por qué apostar por un huerto urbano?
Además de la satisfacción de cosechar tus propios alimentos, hacer un huerto urbano tiene múltiples beneficios:
- Reduce la huella ecológica, al consumir productos sin transporte ni envases.
- Contribuye al bienestar emocional, gracias al contacto con la tierra y el cuidado de las plantas.
- Aprovecha espacios residuales, convirtiéndolos en zonas verdes productivas.
- Fomenta hábitos sostenibles y educativos, tanto para adultos como para niños.
Además, con soluciones como las que ofrecemos en Garland, montar y mantener un huerto urbano se vuelve accesible incluso para quienes no tienen experiencia previa.
¿Por dónde empiezo?
Empieza poco a poco. Instala un contenedor adecuado en tu balcón, añade un buen sustrato, siembra tus primeras lechugas o hierbas aromáticas, y observa cómo evoluciona tu pequeño ecosistema. Verás cómo el cuidado diario se convierte en rutina y los resultados no tardan en llegar.
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